Una entrada muy plural

Esta es la última entrada del blog, y como hemos hecho desde un principio, queríamos dar nuestra humilde opinión, en este caso sobre qué pasó ayer en las elecciones generales. Qué pasó ayer y qué puede pasar en las próximas semanas. También queríamos dar las gracias a todos aquellos que nos habéis seguido y leído durante estos meses y no os preocupéis, el futuro del blog, como el de España, está en el aire. En los próximos meses sabréis si seguimos con el blog o nos renovamos y empezamos con algo nuevo.

GRACIAS!!

El resultado de las Elecciones Generales ha dejado en España una situación a la que no estamos muy acostumbrados. El bipartidismo parece comenzar a romperse gracias a su gestión y a la aparición de nuevos partidos que han sabido canalizar las peticiones de una sociedad que, aunque lentamente, comienza a pedir un cambio político. Desde «Otra vuelta de tuerca» hemos querido compartir nuestra opinión personal con cada uno de vosotros.

Óscar Claver

De la idiosincrasia de un espectro político bipartidista a un panorama plural. O, según algunos, «un país ingobernable». Un país donde las tan aterradoras fuerzas izquierdistas se consagran e invaden parte del hasta ahora espacio reservado a la derecha consolidada. Un país en el que unos nuevos, y en detrimento de otros más viejos, aparecen sobre el escenario con un papel protagonista de primeras. En definitiva, un país en el que nosotros mismos nos hemos sorprendido al encontrarnos con una perspectiva política desconocida hasta el día de ayer. Y, sinceramente, y sin que suene muy drástico -y si suena drástico me da igual- prefiero un país ingobernable a un juego a dos bandas en el que el beneficio va de un lado al otro y los perjuicios siempre recaen en el mismo sitio.

El cambio ya ha llegado, y eso es innegable. Ahora, falta decidir el camino a través del que va a escribir su historia. Parafraseando a Nélson Mandela, «hoy es hoy, el pasado es pasado y toca mirar hacia el futuro ahora».

Alfredo Martínez 

Como humanos que somos tenemos miedo al cambio y a lo desconocido. En nuestro caso, «lo desconocido» es un gobierno que se salga del duolopolio PP-PSOE. Pese a la más que evidente fragmentación del voto el Partido Popular sigue siendo el más votado. Ese temor al cambio y el ya cansino «para que nos roben otros que lo hagan estos» es más que suficiente para frenar, por el momento, el giro político de 180º que necesita España. Pese a todo, comienzan a verse los resultados de unas políticas nefastas por parte de los dominadores del juego político español.

Además, no todo ha sido negativo en estas elecciones. Pensad que podría haber sido peor, pero, por suerte, Ciudadanos se pegó un buen batacazo.

Nacho Monrabal

Hace unos meses parecía imposible que una fuerza apoyada por Podemos gobernara algún ayuntamiento. Este hecho los confirmaron grandes generadores de opinion pública, como Francisco Marhuenda. No solo se hizo posible, sino que han gobernado grandes ayuntamientos: Madrid, Barcelona, Cádiz… Hace unos meses también padrecía imposible que Ciudadanos se convirtiera en segunda fuerza política en el Parlament, pero lo consiguió.

Hace unos cuantos meses parecía imposible que el bipartidismo desapareciera. Este empezó a tambalear primero con Podemos y luego con la llegada de Ciudadanos.

Ese tambaleo llegó ayer a su máximo explendor, a su terremoto final. Podemos y Ciudadanos, con 69 y 40 escaños respectivamente, han entrado en el Congreso y, como un buen terremoto, han hecho una gran grieta.

Podemos y Ciudadanos han sabido recoger lo que el  pueblo estaba pidiendo a gritos, y con esos gritos transformados en votos, han llegado al Congreso. Saben que van a estar vigilados bajo lupa, que el pueblo, igual que les he llevado (casi) a lo más alto, les puede echar de un plumazo. Podemos y Ciudadanos tienen en sus manos si esa grieta se arregla y volvemos al bipartidismo o si esa grieta, como ellos, ha llegado para quedarse. 

Kai Försterling

Ayer vivimos una noche emocionante, de eso no hay duda. Pero, ¿fue una noche justa? Tenemos un sistema electoral que no lo es, por lo que la noche no lo fue. Este sistema favorece al bipartidismo y, si ese bipartidismo ya está desbancado, debemos hacer lo suyo con el sistema electoral. No es justo que a IU-UP le cueste conseguir un escaño 461.500 votos y que al PP le cueste 58.500. Al PSOE, un escaño le cuesta 61.500 votos, a Podemos, 75.700 y a Ciudadanos, 87.500.

Es un sistema obsoleto. Es un sistema que premia a los más votados y es esta la razón por la que nunca se ha cambiado. A los partidos, al menos hasta ahora, en la oposición no les gustaba, pero cuando llegaban al poder no lo cambiaban. Estaban ahí, en parte, gracias a ese sistema, podría ser entendible.

Si esta va a ser la legislatura del diálogo, una parte de esa conversación se podría dedicar a crear un sistema electoral justo que dé una igualdad de oportunidades a todos los partidos, grandes, medianos y pequeños.